Ultimamente y por razones que no vienen a cuento, utilizo mucho el suburbano, también conocido como metro. Hasta aquí nada del otro mundo, puesto que todo hijo/a de vecino/a utiliza este medio de transporte.
Mi consternación viene del hecho que llevo observando varios días. Normalmente los chicos guapos no se ven en el metro y el que se ve es como si fuera una aparición mariana. Debes de creer para ver, casi como si fuera una cuestión de fe. Y además no es sencillo verles por que curiosamente siempre están en un vagón distinto del que Yo me encuentro, como consecuencia solo puedo recrearme de una forma parcial en pensamientos oscuros y pecaminosos con estos jóvenes.
¿Por qué?¿Qué alineación planetaria es la culpable de que yo no pueda disfrutar de la contemplación de bellezas en el underground?¿Quién es el responsable de alejarlos de mis ensoñaciones mas húmedas?¿Acaso los espanto?¿Estoy recubierto de un ungüento anti-chulazos?
Dudas y mas dudas. Es difícil, ya ni el placer de la lectura aparca de mi mente tales ensoñaciones que cada vez se vuelven mas reales. Sueños húmedos a las 15:00. Ahora lo que hago nada mas entrar al vagón es observar, si no encuentro un blanco fácil (véase un chulazo, obvio) bajo de categoría y busco, "a los bueno si no esta tan mal" o "con mas de cuatro copas seguro que me lo follaba". Al abrir el campo de búsqueda las expectativas de encontrarlo son mas amplias, pero no mas satisfactorias.
Esto termina cuando llego a mi destino y vuelvo a mis pensamientos habituales, lejos de torsos al sol, penetraciones infinitas, lluvias de todos los colores o muchas otras perversiones que ni tan siquiera me atrevo a escribir. Se que en la próxima estación todo puede cambiar.
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