Un sueño que parecía tener precio.
Un espacio de 57 metros cuadrados abuhardillado.
Un escaparate que me llevaba a las mas descabelladas ensoñaciones.
Todas ellas se han esfumado.
La buhardilla de 5 millones de pesetas ha sido vendida.
¿El comprador? No se, espero que disfrute de ella. Es una ganga.
Así se ha esfumado.
Y no ha sido para mi, ni para ninguno de mis conocidos.
Pero no pasa nada.
Estaba claro que el anuncio no iba a durar toda la vida...
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