Paul McCartney sintió desesperación.
Yoko Ono no era tan guarra como los otros Beatles pensaban.
Seguro que Paul estaba secretamente enamorado de Yoko.
O no.
Ahora la mujer de procedencia nipona
grita en el MOMA.
El paso del tiempo,
los años sesenta,
el colorido hippie
o los hijos de la revolución.
Todos han perdido el norte.
Desorientados,
ya no hay brújula que valga.
Perdidos en un magma radioactivo
que estalló en Fukushima.
Yoko Ono no era tan guarra como los otros Beatles pensaban.
Seguro que Paul estaba secretamente enamorado de Yoko.
O no.
Ahora la mujer de procedencia nipona
grita en el MOMA.
El paso del tiempo,
los años sesenta,
el colorido hippie
o los hijos de la revolución.
Todos han perdido el norte.
Desorientados,
ya no hay brújula que valga.
Perdidos en un magma radioactivo
que estalló en Fukushima.
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