Vemos la misma luna,
esa que nos atrapo en su mágico velo
cuando arrastramos los pies del suelo y
nos juramos amor eterno.
Cuando el tiempo parecía líquido viento.
Vemos la misma luna.
Cara oculta,
el anverso de mi cuerpo.
Guerra y tiempo.
Alma y carne.
¿Plenitud o mentira?
Ni en tu casa,
ni en la mia.
Robando palabras al cielo...
0 Comentarios:
Publicar un comentario