Las hadas pierden sus varitas. El sarcoma se apoderó de su reluciente piel. Una piel cubierta por látex, cuero y lycra. Acentuar el deseo o esconderlo. El brillo del polvo de estrellas sólo dura una noche. Ocultar heridas con maquillaje no funciona, al menos no durante mucho tiempo, aunque el tiempo es lo de menos. El tiempo es ahora. El momento es lo que importa. Un suspiro, una calada, un beso, un rayo de sol en un grisáceo cielo. Las hadas continuarán su baile. Un eterno danzar. Mañana es una cuestión de tiempo pero... El tiempo es ahora. La historia de las hadas y de sus varitas va mucho más allá de sus deseos o de grandes castillos que se erigen a lo lejos, ambicionando trastocar el cielo para perpetuar todo lo feo. Los hijos de Dorothy han muerto. Ando entre cadáveres con deseos de coger en un tren que me acerqué a tus brazos. Tantos han caído. Todos ansiaban ser eternos, perdidos en la inconsistencia del momento. Quizás no fue el amor. Quizás no fue el desenfreno o las relucientes bolas de discoteca. No puedo dejar de emocionarme con determinadas historias de amor. Digamos que soy sensible, romántico y ... Cursi. Aunque está vez no me conformaré con un final feliz.
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