El amor es una construcción burguesa. Si esta máxima fuera verdad cabría admitir que todas esas cosas hechas en nombre del amor responden simplemente a una necesidad del sistema de clases. Una necesidad imperiosa que emana de la dominación y de la subyugación. Dominador y dominados. Amados y pasados. El amor es una construcción burguesa. Vaya una mierda. El amor siempre se roba el espectáculo. La verdad es que si la burguesía se ingenio ese sentimiento fatuo, eso que arde, eso que es inexplicable y que deja a las personas lobotomizadas... ¿Qué pasa con la eternidad? ¿Qué pasa con aquello que está fuera de los extensibles tentáculos de la manipulación sistemática? ¿Amor outsider? Me encanta el sur de Italia y todo lo que escapa a sistemas propios de mentalidades nórdicas y gélidas. Adoro todo lo que está en movimiento y en continúa destrucción. Añoro tiempos desvencijados que desentrañen odios y pasiones a raudales. Nada es rosa y el glitter no puede competir con el brillo de las estrellas. Nadie asistirá a tu funeral. Aunque el amor sea una construcción burguesa, seguramente tu vas a estar enamorado o te vas a enamorar, o vas a idealizar a alguien, o vas a perder el culo por algún gilipollas que no vale nada o que vale mucho menos que la creencia en sistemas que se diluyen...
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