Pobre chico, sabe cosas horribles, sabe acerca de pulpos que yacen sobre el cuerpo de mujeres desnudas. Hay gente que lo graba en vídeo para comercializarlo, para venderlo, para rentabilizarlo... Mientras ellas sufren de placer a través de la penetración de tentáculos, pegajosos y lubricados.
Además, lo peor de todo, los peores de todos, son los delfines. Violadores disfrazados de cándidos payasos, vaya desfachatez, como se atreven a engañar a la gente con esa almibarada sonrisa, seres en desgracia, degenerados que violan a mujeres e incluso a otras especies de peces que viven plácidamente en el mar, terminando en trágica muerte para el receptor de la violación. Acto perpetrado por estos lobos disfrazados de corderito que campean a sus anchas, haciendo y deshaciendo lo que les viene en gana.
Pulpos y delfines, en contacto con la raza humana, atemorizando a niños y a monjas desde 1954.
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