Desalmada diosa del capital


Todo siguió dentro de la delicada línea que separa la rutina de lo extraordinario. Un fin de semana con sabor hispano, un viejo amigo y un buen puñado de desconocidos. Alguna que otra sustancia ilegal. Cuarenta horas sin dormir y una resaca de tres días. Nada nuevo, bueno, algo sí que era nuevo. Tenía que buscar un lugar donde vivir. No podía correr en busca del abrazo maternal, de la gratuita caricia de comprensión y apoyo que lo significan todo en un abrir y cerrar de ojos. No hablaré de lo que sucede cuando ella sonríe.  Requeriría el intelecto de mil genios, el pensamiento de los más grandes filósofos o la sensibilidad de los poetas más atormentados para dar cuenta de un hecho tan nimio y a su vez tan mágico. Así comenzó mi búsqueda. Otro viejo amigo se encontraba en la misma situación que yo. Otro con el que poder hablar en una lengua que no me pertence, yo no la inventé pero que aprendí a usar a muy temprana edad. Obviamente es la lengua en la que escribo ahora mismo ya que hacerlo en la lengua de adopción, sí inglés, sería un artificioso ejercicio de auto-complacimiento british, una paja con té y pastas a las 17.00 p.m. en los aledaños de Hyde Park.    Me llevó una semana encontrar casa. Durante esa semana una extraña mujer de mediana edad, vestida con un traje color nude, tacones de leopardo y uñas postizas pretendió abusar de la  inexperiencia, de la cara de atontado cuando estás en un entorno que resulta desconocido y sinceramente no he nacido para las viviendas unifamiliares. Ella era la encargada del alquiler de casas de estudiantes en los alrededores de la universidad. Desalmada diosa del capital. Chalets adosados idénticos uno tras otro. Terrible. No hay placer en el suburbio. O eso pensaba yo por aquel entonces. Una auténtica zorra,  la mujer de los zapatos de leopardo y uñas acrílicas multicolor.  Así terminé viviendo con una chica alemana, un chico español, un aspirante a actor de musicales y dos negros.  Excitante y aún no había comenzado las clases.

A- Chica estás perdiendo el tiempo.
B- ¿Por qué?
A- Deberías abrirte un perfil en gayromeo.
B- ¿Funciona?
A- A mi me resolvió el pasado verano. Citas, restaurantes, fiestas y todo por tu cara bonita.
B- Bueno yo tengo una cara bonita pero de ahí a que un completo desconocido esté dispuesto a pagarme un par de cenas... No se, lo veo complicado.
A- Anda tonta. Fácil. Promete sexo y si te apetece follas.
B- Demasiado sencillo. ¿Y si no es suficiente con la promesa de sexo?
A- Sales corriendo. Primero asegúrate de que estás en un lugar concurrido. Pensaba que eras más astuta para estas cosas. No seas tonta que el tiempo pasa volando.







2 Comentarios:

RGC dijo...

Y mientras la verdad pulula...

Se ha hecho ya tres tazas de café el hijo de puta. Ha contenido sus energías en la virtualidad para explotar la semántica que no contiene su realidad eidética.

El jodido cabrón ha leído tres veces a Wittgenstein...Pero ha sido muy listo, un maldito tramposo...Ha leído al cerdo alemán sin leerlo...Porque...¿Cómo se lee lo que no quiere ser leido? ¿Cómo se lee? Qué estúpido...lo que no quiere ser leído no se lee; no se entiende; no se hace inteligible; se extiende por la piel de forma aceitosa hasta que cubre el último poro y no deja ya respirar normalmente...La normalidad y un texto que quiera ser tal se parecen mucho; sistemas.

Decimos que decimos, hacemos que hacemos, pensamos que pensamos pero...El café y la señora Angélica se han aliado en un tribunal cuya sentencia es "caracterización".

Maldito enfermo...siempre produciéndose, nunca producido. Siempre amigo del alma, la posibilidad; !válgame el cielo¡

Microsoft y nuestra gracia les deseamos una Navidad feliz y anárquica. Esperamos que haga click con soltura y sin precaución.

Y recuerde, oficinas WC, pulen, limpian y dan esplendor


Viva Abraxas! Muerte a Orfeo!

RGC dijo...

Sonrisa bonita caminaba de la mano con el dueño del carro que es llevado en torno a la esfera dándole esplendor.

Miraba de soslayo Sonrisa Bonita porque no se fíaba del la ira, del trueno, de la codicia y la desilusión

¡Ah! Qué encerrado vive, qué perdido anda, como un abismo que no calla, como un mar bravío que no deja ver

Qué vergonzoso era por seguridad y como peinaba las palabras para que no fueran una ofensa con la que lanzar la lanza romana al otro lado de su paladar.

Y nunca mostraba sus perlas pensando como pensaba que el ladrón anda cerca y se viste de postín
Sin saber ¡Ay! de las miserias de los viejos navegantes, añorando sus naves podrídas


No sucumbas Sonrisa Bonita que aunque no hay más que montaña desnuda y pálida letra en la sangre de los pueblos
Yo te pienso desde lejos y te sueño y quizás algún día abras tu mar a mi velero.

 
 
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