...paso un día, un día en el que estaba clínicamente muerta.
De esta forma podría continuar mi relato perfectamente y de hecho se asemeja bastante a lo realmente acontecido. Regresé a mi casa tras 24 horas de travestismos, tocamientos vespertinos y playbacks de Gwen Stefani. Mi cuerpo no estaba en sus horas mas altas puesto que el agotamiento físico y mental se habían apoderado de todo mi ser, serían las 21:00 de un 30 de diciembre de 1953. Como ser humano de entreguerras cogí mi cartilla de razonamiento y me dirigí al puesto más cercano para canjearlo por mi cuota semanal de alimentos, todo una familia dependíamos de unas simples hogazas de pan y levadura. Eran tiempos fríos y difíciles pero yo sabía como hacerles frente.
Creo que me he ido a una vida que me pillaba a mediados de siglo pasado, perdón.
Sí eran las 21:00 horas y sí era un 30 de diciembre de un año que quemo sus últimos cartuchos hace unos siete días. Llegué a mi casa, me di un baño y me metí en la cama dormí como unas 14 horas seguidas, y es que el ultimo día del año prometía y mucho. Era la primera nochevieja en la que no cenaría con mi familia, sino con una de mis mejores amigas & Cía. Estaba francamente emocionado ante esa idea. Un emplazamiento perfecto, una cena exquisita y una compañía que como todo en esta vida (casi) siempre es mejorable.
El look no podría ser más total: mallas satinadas, jersey oversize de lentejuelas, turbante a lo Garbo y tacón de plataforma hicieron que recibiera el año como nunca. La noche tampoco fue gran cosa, bailamos, reímos, criticamos y en general grabamos videosaludos donde el 90% de los habitantes de esta, nuestra ciudad no salen muy bien parados.
Con todo lo que llevaba encima (y no me refiero al outfit) yo caí muerto en un sofá a las 07:00 (más o menos) y es que al parecer también había ponche alterado (De verdad, con que gente me junto, por Dior) pero por circunstancias que aún no explico resucité un par de horas más tarde y volví a darlo todo en el amplio sentido de la palabra, lo que no sabía en ese momento es que lo iba a dar todo durante todo el día (literalmente hablando). Destrucción era mi segundo nombre y el WC mi refugio.
Que desasosiego, que mal cuerpo.
De esta forma podría continuar mi relato perfectamente y de hecho se asemeja bastante a lo realmente acontecido. Regresé a mi casa tras 24 horas de travestismos, tocamientos vespertinos y playbacks de Gwen Stefani. Mi cuerpo no estaba en sus horas mas altas puesto que el agotamiento físico y mental se habían apoderado de todo mi ser, serían las 21:00 de un 30 de diciembre de 1953. Como ser humano de entreguerras cogí mi cartilla de razonamiento y me dirigí al puesto más cercano para canjearlo por mi cuota semanal de alimentos, todo una familia dependíamos de unas simples hogazas de pan y levadura. Eran tiempos fríos y difíciles pero yo sabía como hacerles frente.
Creo que me he ido a una vida que me pillaba a mediados de siglo pasado, perdón.
Sí eran las 21:00 horas y sí era un 30 de diciembre de un año que quemo sus últimos cartuchos hace unos siete días. Llegué a mi casa, me di un baño y me metí en la cama dormí como unas 14 horas seguidas, y es que el ultimo día del año prometía y mucho. Era la primera nochevieja en la que no cenaría con mi familia, sino con una de mis mejores amigas & Cía. Estaba francamente emocionado ante esa idea. Un emplazamiento perfecto, una cena exquisita y una compañía que como todo en esta vida (casi) siempre es mejorable.
El look no podría ser más total: mallas satinadas, jersey oversize de lentejuelas, turbante a lo Garbo y tacón de plataforma hicieron que recibiera el año como nunca. La noche tampoco fue gran cosa, bailamos, reímos, criticamos y en general grabamos videosaludos donde el 90% de los habitantes de esta, nuestra ciudad no salen muy bien parados.
Con todo lo que llevaba encima (y no me refiero al outfit) yo caí muerto en un sofá a las 07:00 (más o menos) y es que al parecer también había ponche alterado (De verdad, con que gente me junto, por Dior) pero por circunstancias que aún no explico resucité un par de horas más tarde y volví a darlo todo en el amplio sentido de la palabra, lo que no sabía en ese momento es que lo iba a dar todo durante todo el día (literalmente hablando). Destrucción era mi segundo nombre y el WC mi refugio.
Que desasosiego, que mal cuerpo.
3 Comentarios:
Realmente las catarsis ultimamente y en este pasado 2007 han protagonizado nuestras vidas de una forma que no logro ni siquiera alcanzara entender jaja se no escapa!
Unas veces juntas otras en distintas compañias...en fin el caso es que por una cosa o por otra hemos sido protagonistas mas que merecidas en cualquier acto social que se nos ha presentado.
Que nos deparara el 08? Sin duda una tercera catarsisi que quizas y solo quizas llegue en febrero, no te digo nada... jaja
Y ese ejemplar nipon obviamente estara en mi haber en breve porque con los cuatro comentarios favorables que lanzaste sobre el, se que me llevara a emociones que van mas alla de la catarsis!!
MUAKAS!!!
Y yo escucho esto con la version nipona del Girlfriend, algún día beberemos nuestro último vaso de ponche, pero espero que por lo menos nos ocurra juntas!
En 1954 ya había cosas con las que alterar el ponche?
Es mi gran duda, hasta el próximo programa en que desvelaremos esto y mucho más!
Mandre Mia de mi vida... Puto Ponche de las narices jajajaja
¿2007? Para mi fue la ¡Renaixença!
Y no ha hecho más que empezar... :)
Te kiero flo' de aleli!
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